vIDEO París-Brest-París 2023 con Biciados
Fuente: Canal Youtube Biciados: PARIS BREST PARIS 2023 | EL MUNDIAL BREVET | FRANCIA | BICIADOS
París-Brest-París 2023 con BICIADOS: crónica de una aventura al límite
La participación de BICIADOS en la París-Brest-París 2023 es mucho más que un simple vídeo de YouTube. Es el relato de un ciclista chileno enfrentándose por primera vez a la llamada “madre de todos los brevets”: 1.200 km en menos de 80/90 horas, viento en contra, sueño acumulado, controles ajustados y una organización tan grande como compleja.
A lo largo de esta experiencia, BICIADOS muestra desde dentro cómo se vive un Brevet Randonneur Mondial (BRM) de máxima exigencia, con todos sus momentos de euforia, problemas, errores de organización y, finalmente, la satisfacción de cruzar la meta en París.
La salida de BICIADOS en la París-Brest-París
Grupo B: la largada y los nervios previos
BICIADOS forma parte de la largada B de la París-Brest-París 2023. Mientras espera su turno en la zona de salida, el ambiente es una mezcla de fiesta, nervios y respeto absoluto por la magnitud del reto. A su alrededor, ciclistas de todas las edades y nacionalidades se preparan con enfoques muy diferentes: algunos casi sin equipaje, otros con sus bicicletas cargadas de bolsas, luces y ropa de recambio.
El grupo B tiene un horario de salida concreto, con BICIADOS y otros ciclistas chilenos acompañados por amigos y familiares que les dan el último aliento antes de lanzarse a la noche francesa. Entre gritos de ánimo, aplausos y música, llega el momento de cruzar el arco y empezar a sumar kilómetros.
Un inicio rápido y viento en contra
Desde los primeros kilómetros, BICIADOS se da cuenta de que el ritmo es muy alto. Los grupos A, B, C y D se van mezclando con el paso de las horas y no es raro ver pelotones circulando a 30–35 km/h, incluso con viento en contra.
A BICIADOS no le entusiasma ir “encerrado” en pelotones por seguridad, pero el viento obliga a buscar ruedas y aprovechar relevos. En pocos minutos ya está rodando con ciclistas de diferentes grupos, idiomas y niveles, tratando de encontrar su lugar en una marea de luces y maillots.
La cultura del pedal en Francia
Pueblos volcados con la prueba
Uno de los aspectos que más llama la atención a BICIADOS es la cultura ciclista que rodea a la París-Brest-París. Los pueblos salen literalmente a la calle: familias con sillas plegables, niños animando, gente aplaudiendo, banderas, mesas con agua, fruta, patatas fritas y todo tipo de improvisados avituallamientos.
En muchos puntos, los habitantes locales esperan durante horas el paso de los randonneurs, ofreciendo sidra, agua, café o simplemente palabras de ánimo, sin pedir nada a cambio. Para BICIADOS, esto es “cultura del pedal” en estado puro: un país que respeta, entiende y celebra el ciclismo de larga distancia.
Bicis de todo tipo y ciclistas veteranos
En el camino, BICIADOS se cruza con todo tipo de bicicletas: tándems, bicis de acero clásicas, máquinas modernas de carbono, monturas minimalistas ultra ligeras… y, sobre todo, muchos ciclistas veteranos. Es evidente que la París-Brest-París está llena de gente con décadas de experiencia en brevets y ultradistancia, algo que sorprende al creador de BICIADOS, acostumbrado a un ciclismo más joven y explosivo en su entorno habitual.
Pelotones, reglas y dinámica de grupo
La experiencia de rodar en pelotón internacional
A medida que avanzan las horas, BICIADOS entra y sale de distintos pelotones. En uno de ellos, se encuentra con un grupo muy organizado que rota relevos de forma sistemática. Cuando intenta integrarse en la parte media del grupo, uno de los ciclistas le indica que puede ir atrás, pero no dentro del bloque de trabajo.
En ese momento, BICIADOS no entiende del todo el gesto ni la energía con la que lo sacan del pelotón. Sin embargo, con el paso de los días lo interpreta como una medida de seguridad: esos ciclistas están acostumbrados a rodar juntos, tienen sus propias reglas internas y prefieren que los externos no rompan su dinámica.
Es una lección práctica sobre cómo funcionan los pelotones en la ultradistancia, donde la seguridad y la previsibilidad de movimientos son fundamentales.
Primeros controles, avituallamientos y power naps
Checkpoint 1: el primer timbre que da confianza
Tras varias horas de pedaleo continuo, BICIADOS llega al primer punto de control (checkpoint). Allí comprueba el ambiente de los controles oficiales: bicis aparcadas por todas partes, ciclistas comiendo, otros durmiendo, colas para timbrar la tarjeta de brevet y rellenar bidones.
Marcar el primer control en tiempo le da un empujón anímico importante. A partir de ahí, el objetivo es simple: seguir avanzando checkpoint tras checkpoint, siempre dentro del límite de tiempo.
Alimentación, sopa caliente y siestas estratégicas
Entre el kilómetro 200 y el 400, BICIADOS empieza a notar el sueño acumulado. Recurre a los clásicos de la ultradistancia: café, Coca-Cola, sopas calientes y comida sencilla. En algunos controles se encuentra auténticos comedores con menús completos: sopas de verduras, platos de pasta, arroz con leche “a la francesa” y opciones vegetarianas.
También descubre el concepto de “power nap” en el mundo randonneur: siestas cortas, de 20 a 40 minutos, en cualquier lugar disponible. En un momento dado, BICIADOS termina durmiendo en un baño público, limpio y tranquilo, aprovechando la infraestructura típica de Francia. Esa pausa le permite seguir adelante con algo más de lucidez.
Categoría 80 horas: margen ajustado y presión constante
Menos tiempo entre controles, más tensión
BICIADOS se inscribe en la categoría de 80 horas, que ofrece menos margen entre control y control que la categoría estándar de 90 horas. Esto hace que cada parada, cada café y cada minuto extra sumen presión.
Con el paso de las horas, llega un punto en el que los tiempos están muy ajustados. BICIADOS alcanza algunos controles con apenas minutos de margen, gestionando el sueño, el cansancio y la necesidad de comer como puede.
El problema de la tarjeta de brevet y los kilómetros “fantasma”
Errores en la tarjeta y controles más lejos de lo indicado
Uno de los momentos más delicados de la París-Brest-París para BICIADOS llega cuando se da cuenta de que la tarjeta de brevet tiene errores en las distancias impresas. Según la cartilla, ciertos controles deberían estar, por ejemplo, en el kilómetro 177… pero el GPS y la realidad le muestran que el control aparece 12–13 kilómetros más adelante.
Esto le ocurre con varios puntos de control. El resultado práctico es brutal: BICIADOS llega fuera de tiempo a algún control por uno o pocos minutos, después de haber pedaleado kilómetros adicionales que no estaban contemplados en la planificación.
Dudas sobre la homologación y lucha hasta el final
Al notar esos errores, BICIADOS intenta explicar la situación a miembros de la organización, pero la barrera del idioma y la magnitud del evento complican la comunicación. El ciclista chileno entra entonces en una fase de incertidumbre: no sabe si su París-Brest-París será homologada pese a haber pedaleado los 1.200 km y estar dentro del tiempo global reglamentario para 80 horas.
Lejos de rendirse, decide transformar la frustración en motivación. Su objetivo pasa a ser claro: llegar a meta lo antes posible, dentro del tiempo oficial, y después ver qué resuelve la organización con los minutos de retraso causados por la distancia mal indicada en la tarjeta.
La recta final hacia París
Calor, sueño y la ayuda de la gente
En los últimos cientos de kilómetros, el calor aprieta y el sueño se vuelve casi insoportable. En uno de los tramos, BICIADOS se encuentra con una familia que le ofrece sombra, agua y ayuda para reparar la bicicleta de otro participante. Son pequeños gestos que, en una prueba así, valen oro.
También se cruza con grupos de apoyo específicos por nacionalidad: españoles, griegos y otros colectivos que montan puntos de asistencia informal para sus compatriotas. Es una muestra más del carácter internacional y humano de la París-Brest-París.
78 horas y media: BICIADOS cruza la meta
Finalmente, tras 78 horas y 30 minutos aproximadamente, BICIADOS cruza el arco de meta en París, dentro del tiempo reglamentario para la categoría de 80 horas. El chip registra su llegada y, al final del proceso, su participación queda efectivamente reflejada.
En línea de meta le esperan amigos, compatriotas y ciclistas de distintos países, entre ellos otra figura destacada: la primera chilena en terminar la París-Brest-París, a quien BICIADOS también acompaña y celebra.
Celebración, aprendizaje y mensaje final de BICIADOS
Comida caliente, medalla al cuello y comunidad randonneur
Con la medalla de finisher al cuello, BICIADOS disfruta al fin de una comida “de verdad” en el comedor de la organización, con opción vegetariana y platos contundentes. Entre duchas rápidas, cambios de ropa y abrazos, comparte impresiones con otros chilenos, brasileños, franceses y ciclistas de todo el mundo.
La París-Brest-París deja cansancio extremo, dolor de cuello, sueño atrasado y anécdotas para toda la vida, pero también un profundo sentimiento de comunidad y respeto por el ultraciclismo de carretera.
Reflexión sobre la ultradistancia
Al despedirse desde tierras francesas, en la región de Normandía, BICIADOS lanza un mensaje claro para quienes sueñan con la París-Brest-París o con cualquier gran brevet de ultradistancia:
La ultradistancia en ciclismo no consiste en competir contra otros, sino en pelear contra uno mismo, contra el reloj y contra las propias limitaciones. Cada brevet, cada París-Brest-París y cada reto de 1.200 km es una oportunidad para descubrir hasta dónde se puede llegar… y para preguntarse, una y otra vez, “dónde están los límites”.
Y eso, precisamente, es lo que define a BICIADOS: un proyecto donde se cuenta la ultradistancia desde dentro, con honestidad, emoción y mucha, mucha pasión por los pedales.

